El perro de los 2 millones de dólares
En los años 70 había una serie que se llamaba “El hombre de los 6 millones de dólares” sobre un astronauta al que, tras un accidente le habían implantado un montón de partes biónicas en su cuerpo, que le convertían en un superhéroe.
El caso del perro que nos ocupa no incluye ningún tipo de pieza de ultratecnología sino que nos lleva a una de las razas caninas más antiguas del mundo, el mastín tibetano, según los libros raza de la que descienden todos los perros molosos.
Este gigante de la altiplanicie que está al norte del Himalaya es un perro rústico, duro, formado para proteger los rebaños en unas situaciones climáticas extremas. Su imponente tamaño ha hecho que además fuese utilizado como perro de guerra por los mongoles.
Pero es una raza tan cariñosa y afectusosa como el resto de razas caninas. Los perros, a fin de cuentas, son lo que quieren sus amos que sean.
Ahora, los caprichos de los oligarcas chinos ha hecho que algunos ejemplares de esta raza hayan devenido en artículos de lujo alcanzando los altos precios que indica el titular.
